sábado, 11 de diciembre de 2010

Nota sobre algo que estoy leyendo

¿Se acuerdan de que una vez les hablé de los atardeceres? ¿de que me parecía una hora mágica? bueno, hoy al mediodía leía un buen libro de Stephen King; corazones en Atlántida y encontré este párrafo: "ya era casi de noche, la parte del día que a Bobby mas le gustaba. Los coches llevaban las luces encendidas y desde algún lugar de Asher Avenue la señora Sigsby llamaba a sus hijos para la cena. A esa hora de la tarde -y también al amanecer, cuando Bobby estaba en el baño orinando y le daba en los ojos medio abiertos el sol que entraba por la pequeña ventana- tenía la sensación de formar parte de un sueño en la mente de otra persona" mientras se habla de esto, oscurece y Bobby el protagonista de esta historia esta sentado junto a un viejo que padece, creo, delirio de persecución. Están en el porche de una de esas estupendas casas norteamericanas, rodeadas de campo. El viejo está cruzado de piernas, sentado en una vieja silla desvencijada.
Hablando de atardeceres me acuerdo de uno de sábado. Papá paró el coche frente a la concesionaria de autos. Se quedó un rato como meditando, ahí al volante. Mientras mamá miraba adelante y no decía nada. Yo estaba colgado del asiento y alguna cosa le habré dicho a papá pero papá no me escuchaba, mamá dijo: no, no te escucha. Papá estaba raro, usaba esas frases molestas y grandilocuentes, esas que me provocaban vergüenza ajena. Estaba reconciliado con nosotros, ahora sé que estaba contento porque iba a ver a la secretaria de la concesionaria. Papá se puso los anteojos negros como bincha y bajó del coche. Podía verlo en la oficina charlando con la secretaria, porque la oficina era vidriada, sin embargo mamá no lo miraba. Pasaron muchas cosas entre mamá y papá, quiero decir cosas violentas que si uno las piensa son peores que cualquier infidelidad, sin embargo a mamá le molestaba eso. En verdad le molestaba que papá hablara con la secretaria, mamá se lo reprochó al llegar a casa y papá no abrió la boca. A mamá le dolía eso mucho más que las otras cosas. Y no es raro, tiene que ver con el hábito y esas cosas. Ahora creo que la entiendo un poco.
quiero pedirles disculpas si me fui por las ramas, la cosa era hablar de atardeceres. ahora está atardeciendo, las voces en la calle son insoportables hoy. me hacen temblar el pulso al escribir. escribo entrecortadamente. ahora aplauden en la calle, son apenas tres mujeres hablando en mi vereda, pero es algo insoportable. de verdad.

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