sábado, 4 de septiembre de 2010

Grageas, Dios, Ciencia, Silla de bebé...

Papá viene a visitarme. Lo espero en el estacionamiento del supermercado. Es un estacionamiento amplio y no está concurrido. No se en que auto vendrá papá. Me dijo el modelo y todo, pero ¿que se yo sobre autos? después de la muerte de su nieto (mi sobrino) papá se volvió un poco loquito. Es profesor de secundario, muy bueno en lo suyo. Pero ahora se metió de evangelista. Estoy sentada en el capó esperándote, papá.
(Con Marcos somos dos, sin embargo tenemos un coche familiar, cosa rara. La muerte del hijo de mi hermano nos acobardó. Con Marcos hicimos silencio, pero. Ustedes saben; a mi hermano, el nene le había nacido con un problema de oxígeno.
Así que Marcos sacó las píldoras del botiquín y las puso sobre la mesa. Al costado del centro de mesa; yo terminé de bañarme, desempañé el espejo; volvamos a las píldoras, me dije, cuando abrí el botiquín no estaban. Salí y vi el frasquito de grageas.)
Papá viene hacia mí. Entramos al buffet y nos ponemos cerca de la ventana que da a un patio hermoso. Hay arbustos de pelotitas rojas, cantan golondrinas.
Le pregunto por mamá.

- Está bien- dice-. Nos afianzamos mucho en este tiempo. Reynaldo se fue. Salió y consiguió trabajo. "levantate de la cama. Si te vas a dejar morir que sea en el cordón de la calle." Le dije para que lo habia criado.
Me reservo las opiniones acerca de esos métodos de choque. Pueden salir fantástico o. ¿si salía mal? tranquila, es la regla, que te baja como un torrente. guárdate las opiniones, espera que pase esto.
Lo dejo hablar:
- Ahora Reynaldo se mudó solo. A lo mejor vuelva a intentarlo con Elena, a lo mejor no. tienen que intentarlo de nuevo. Si logro meterlos en la iglesia voy a hacer que vuelvan. Ellos tenían algo bueno.
¿Vas a manipularlos, papá? silencio. Espero tener la mente limpia.
- ¿sabías, hija que me dieron el lugar de pastor? valoraron mi formación. Y lo que ya llevaba hecho con la palabra de dios.
Saca un librito titulado "¿Está en verdad la palabra de dios en la Biblia?". Dice que es un estudio profundo. Imagino un libro lleno de páginas en blanco, menos una en el medio que responde al titulo de tapa. Creo que se me dibuja una sonrisa y todo. Papá baja la vista mira la masa fina que acompaña su café.
- Dios me ayudó a reencontrarme con tu mamá. A lo mejor a vos te ayude en tu búsqueda.
Me mira el vientre. Ausencia total. Pienso que no le duele la muerte del bebé. Pienso que le duele no estar totalmente hecho. No ser abuelo.
- A Reynaldo lo ayuda a sobrellevar el dolor. ¿No hay templos en esta ciudad?
No hay iglesias, papá. Ni ex delincuentes, ni ex drogones predicando con megáfono en plazas y paradas de colectivos. No los necesitamos. En esta ciudad somos todos artistas, de unas u otras maneras, artistas. Hay creyentes, pero íntimamente, papá. Digo:
- No, creo que no.
- Debe haber mucha gente esperando la palabra del señor.
Quiero que deje de hablarme de Dios, que deje de vendérmelo como una póliza de seguros. (Con Marcos sacamos una póliza. Tenemos algunas pertenecías y queremos cuidarnos, no somos distintos al resto de la gente. Pero no tenemos los mismos miedos. No necesitamos el tipo de seguridad que brindan las iglesias.)
- Hay una enfrente de la plaza, papá. Pero es católica.

- ¿Cómo va la pizzería?- pregunta.
- La pizzería. Muy bien papá.
(Lo que menos vendemos en la pizzería son pizzas. Al principio vendíamos puras pizzas; el olor a salsa acida me seguía a la cama, a la playa, a todos lados. Ahora descubrimos donde está el verdadero negocio, papá.)
Hay un largo silencio y entonces él hace lo que vino a hacer. A hablarme de dios, del bebé y de la ciencia. Dice:
- Los médicos le decían a mi mamá que tenía que ponerme a dormir boca abajo, para no asfixiarme con el vomito. Sonaba muy lógico.
(Me imagino a la abuela con su pañuelo floreado. Ella diría el Sr. doctor.)
- Después cuando vos eras una criatura, él médico nos dijo a tu mamá y a mi que la postura era boca arriba. boca abajo podían ahogarse en un charco de vomito.
(Que flaca y sensual era mamá; con sus pareos coloridos. Siempre que estoy en la playa la imagino joven, otra vez joven, mirando el mar.)
- A Reynaldo le dijeron que la posición adecuada era de costado. Actualmente están todos de acuerdo en que la postura correcta para el bebé es de costado.
Habla sin vacilar, sin ningún quiebre en la voz. Como si hubiera perdido las emociones.
- A vos ¿que te van a decir? ¿Que lo hagas dormir colgado a tu bebé?
- No sé, papá. Yo no quiero hablar de esto.
Vemos- o veo- un padre de familia empujando un changuito. Uno de los nenes va en el asiento. Está muy emocionado.
- Hija, quiero que me indiques donde hay un hotel. Voy a pasar la noche en uno.

Nos vamos. En el estacionamiento veo la noche abierta, es algo digno de verse.
Voy guiando a papá. Somos como una pequeña caravana. Falta el coche de mi hermano adelante y sería una hermosa caravana familiar.
Dejo a papá en un hotel de ruta. Lo saludo. No se que decir. Pienso en dios, en las grageas; en lo que dijo sobre la ciencia, pero no se que decir. Y él tampoco. Tenemos tantas cosas en la cabeza y no sabemos que decir. Me vuelvo y nos abrazamos.
Subo al coche. Miro por el retrovisor. En el asiento trasero hay una silla de bebé. Voy a parar en algún lugar de la ruta y voy a deshacerme de esa silla.

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