domingo, 14 de noviembre de 2010

La vecina del C

Me acuerdo de la vecina del C. Había tres departamentos, nosotros (mi familia) vivíamos en el A. en el b estaba Elsa, la señora de las ratas (de ella voy a hablar en otra ocasión) y en el C siempre había distintos vecinos. Estuvo Anita, que fue la primer vieja arteriosclerótica que conocí; se pasaba el día queriendo matar a las hormigas con agua; cuando no pasaba el basurero volvía a meter la basura en su casa, etc. Me impresionaba mucho ver a una mujer en ese estado, no sé porque aunque algo intuyo (pero también en otra ocasión).
Después estuvo el gordo falopero. Los amigos del gordo andaban por los techos. Uno de ellos me robó un par de zapatillas carísimas (las más caras que tuve en mi vida). Una noche de verano las saqué para que se ventilen, las puse sobre la parrilla y a la mañana ya no estaban más. Al poco tiempo - por suerte- el gordo falopero desapareció (una vez, en otra ocasión).
Después del gordo (creo que hubo alguien entre medio, un tipo solitario, pero no puedo acordarme casi nada) después del gordo vino la tetona. Nunca supe el nombre de esa mujer, de esa vecina quiero hablar un poco. Esa vecina tenía unas tetas impresionantes, nada seductoras. Quiero decir, a mi no me gustaban en absoluto, a lo mejor porque era muy chico, no sé. Es más, ahora me preguntó como hacía para soportar semejante carga. Conocí, en la adolescencia, muchas chicas que tenían que sacarse pecho por problemas de cervical, pero a la mujer del C, parecía no afectarle.
La mujer se pasaba el día con los brazos cruzados sobre los pechos, mirando al marido que siempre estaba lavando un Renault 12 rojo. El 12 estaba impecable, pero el tipo igual lo lavaba y lo pulía.
Mi vieja decía que el tipo (el marido de la tetona) era un milico de mierda. Un milico vago y que iba a gastar toda el agua del tanque (el tanque que compartíamos los tres deptos). Y era cierto, había problemas serios con el agua. Pero el milico (yo le digo militar, milico es un mote despectivo que usaba mi vieja, porque odiaba a los militares. siempre estaba creando estereotipos de militares, los pintaba cobardes, maltratadores de mujeres, impotentes, etc.) el milico pasaba seis meses con la familia y seis en la base vicecomodoro Marambio.
Una noche de principios de diciembre, mamá y la tetona tuvieron una reunión. Ellas dos solas, algo digno de verse. Dos mujeres con nada en común. Mi vieja, una beatlemaniaca, enferma de George sobre todo. Mi vieja tiene (actualmente) un santuario para George en la mesada del lavadero. Fotos de George, velas, fotos de George con Paul y linda, fotos de George solo y joven, fotos de George en la época del gurú, fotos de George ya enfermo, una foto muy mística corona el itinerario. En los cumpleaños mamá le prende velas a George y también a John, pero sobre todo a George. Esa beatlemaniaca se reunió con una noche con la mujer del C, la que elegía la disciplina militar.
La cosa fue así (es una historia sencilla, no esperen demasiado), una noche de verano mis viejos tuvieron una pelea dura. Entonces mi viejo agarró alguna de sus cosas y se fue. A mi me hacía muy bien que estén separados. A pesar de los problemas económicos, siempre que papá se iba pasábamos un poco de hambre. Pero así y todo estaba bien. A mi vieja no le hacía bien esto de papá. Ella lo quería y creo que a pesar de que llevan un tiempo divorciados (y años de maltratarse) ella lo sigue queriendo. Él a ella ya no (creo).
La cosa es que en esa calurosa noche de verano, papá se había ido y con mamá veíamos la misión. Robert de Niro intentaba llorar, pero a él nunca se le caen las lágrimas, es un actor impresionante (¿quien va a cuestionarlo?), pero no le caen las lágrimas. De la película me acuerdo de eso, de de Niro llorando, sentado en una piedra; me acuerdo de la música, de cuando hacían "firmar" algo a un aborigen ¿o era que le ponían la mano sobre la mesa para cortársela? y me acuerdo que mi vieja no podía concentrarse así que salió a la calle. En la calle también estaba la vecina del C. me distraje de la película por un momento, intentaba escuchar de que hablaba mi vieja con la vecina del C, pero no podía. Pensé que no tendrían nada de que hablar sin embargo no dejaban de hablar. Mamá entró y puso la pava en el fuego, la vecina del C aportó galletitas. Abajo del tilo, que estaba en la vereda de casa, se pusieron a hablar de gente que conocían, de lugares que habían visitado alguna vez. La tetona le dijo a mamá aquello de que el marido pasaba seis meses en la base Marambio, y que esos seis meses habían empezado la noche anterior. Ahora me doy cuenta lo que las unió esa noche. Estuvieron juntas hasta la madrugada. Yo salí y le avisé a mamá que me iba a dormir, ella me dijo que estaba bien, y se quedó hablando con la vecina del C. Esa noche tuvieron algo en común.

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