miércoles, 14 de noviembre de 2012

EL ARCA DE ECHEVERRÍA Una metáfora es el roce momentaneo de dos imágenes, o el ingreso momentaneo del universo cotidiano del lector, al universo diégetico. De esta manera la metáfora, o el símil que es lo que nos importa en este analisis se parece a una estrategia pedagógica. Sucede, en el Matadero, que a causa del uso deliberadamente indiscriminado del símil; universo diegetico, y universo del lector se mezclan o fusionan: la metáfora llega a cumplir el rol de "realidad" diegetica,imponiéndose con mayor fuerza que el verosímil literario. Asimismo, en sentido inverso, la realidad diegética pasa a ser metáfora acercándose a la universo extradiegético del lector. Umberto Eco, dijo, cuando un editor quiso quitar las primeras cien páginas de su "Nombre de la rosa" que necesitaba de esas primeras cien páginas para subir al lector a la abadía. Así Echeverria necesita de sus primeras páginas, no para subir al lector a una abadía, sino para hacerlo desfilar tensamente por la rampa que lo llevará a un doble destino: el arca de Noé (la salvación divina) bajo una lluvia de agua provocada por la ira de Dios, o bajo una lluvia de sangre a la maquina de picar carne. En las primeras páginas metáfora y "realidad" se confunden: inicia el texto: "... no la empezaré (a la historia) por el arca de Noé", suficiente para que el lector desobediente, el lector asesino del autor empiece a pensar en el arca de Noé y en la biblia. Enseguida aparecen España y América, las conquistas, las calaveras, el oceano que nos separa, la historia: las grandes barcas. Los años son de Cristo: es el 183... de los años de Cristo; estámos en los años de Cristo, seguímos en el campo semántico de la biblia. Recién aparece Buenos Aires en cuaresma. La pareja "conciencia, estómago" es una de las tantas oposiciones del texto, una de las parejas contradictorias que forman una sola imágen. Porque a lo largo de todo el texto está la contienda entre opuestos que se unen, como los animales del arca, para parir la verdad. La compleja y contradictoria verdad. La lluvia copiosa empieza por aquellos tiempos ¿cuáles? Los biblicos, los de Buenos Aires, los del arca. Que, a lo largo del texto, serán una y la misma cosa. La pintura de esa Buenos Aires es un hibrido de estas dos imágenes, de estas dos historias. No es ninguna, no es las dos; es la verdad, que no es la realidad ni la metáfora. Cuando un autor (y en este momento interviene el autor porque se trata de una estrategia, de una técnica artística) pone lo dialogado, lo exclamado por un personaje, sin guión largo, es porque está dando a esa exclamación la misma fuerza, la misma veracidad que lo dicho por el narrador. Este es un texto que ocasionalmente usa los guiones de dialogo, cuando no los usa como en el siguiente caso: "Es el día del juicio, el fin del mundo está por venir" es porque esa exclamación, esa profecía es tan cierta como todo lo que dice el narrador. La misa es similar a un destierro: "Millares de voces, conjuran al demonio de los unitarios, debían implorar misericordia divina" El demonio, criatura animal. Misericordia, a cargo de un ser divino hecho a imágen y semejanza del hombre. He aquí otra contradicción, demonio y ser divino dan a luz a la verdad, o paren a la verdad. Ambas cosas. El pulpito cruje, como crujen las maderas de un barco. Las vacas desfilan como desfilan las parejas que suben al arca, unas hacia la vida, hacia la salvación, otras hacia la muerte. Vida y muerte, salvación, condenación de nuevo conforman una verdad, violenta y contradictoria. En la descripción vemos agua correr, Buenos Aires es un oceano, con su río de plata, tan cerca del oceano por su geografía como de la biblia por su historia, por sus luchas contradictorias. Y en la ciudad hay chimeneas, pensámos en las chimeneas de una fábrica, en las chimeneas de algunas casas, en las chimeneas de las embarcaciones. Las parejas en el arca de Echeverría no son de la misma especie, sino de especies opuestas. Pero a partir de la copulación, o de un acto divino, o de ambas cosas a la vez, procrean la verdad. Dice Sabato que todo hombre, todo artista cree estar viviendo en el final de los tiempos, creo que Echeverria es ejemplo de esto, el fin de los tiempos y el principio de los tiempos. Conjuga así su tiempo, su presente, porque El matadero habla de su presente, con lo más remoto que un hombre pueda soñar. Los hechos de la biblia. Pero ambos tienen la misma fuerza.