martes, 30 de octubre de 2012

ANTOLOGÌA DE CUENTOS POLICIALES Escritura en proceso Naturaleza del proyecto a- descripción: El presente proyecto está destinado a la comunidad educativa x, del Barrio x, Moreno. Se trata de la producción de una antología de cuentos policiales y microrrelatos policiales de autores consagrados y alumnos de la institución, que se realizará como cierre del cuatrimestre. En un intento de promover en los jóvenes el acercamiento a la literatura, a partir de sus intereses, y de unificar la labor de las distintas áreas curriculares, tal como proponen los nuevos diseños para la E.S.B., “Antología de cuantos policiales” apunta a poner en acto los conocimientos sobre escritura en proceso, narración y lectura de los alumnos. b- Origen y fundamentación El presente proyecto comenzó a gestarse a partir del abordaje del género policial con alumnos de x curso. Ante el desconocimiento de algunos chicos sobre sus potencialidades como escritores, ante la creencia de algunos chicos de que la palabra escrita y la ejecución de una narración es algo para iniciados el docente invita a los chicos a formar un taller en el que se producirá y se trabajará en conjunto. Durante estos talleres se corregirán los textos, se hará la elección de los mejores, y se armará la antología, para estos encuentros utilizaremos el espacio de clases. c- Marco institucional Este proyecto será llevado a cabo en la Escuela de Educación Secundaria Nº x, “xxx”. La E.S.B. Nº x es una institución preocupada por integrar al alumnado en su conjunto en la administración de estrategias educativas que satisfagan sus necesidades e intereses. d- Expectativas de logro Se espera que, con este proyecto, los alumnos y alumnas puedan: - Poner en acto sus potencialidades como escritores. - Convertirse en productores de cultura, dejando de ser meros consumidores pasivos. - Establecer contacto con la comunidad de escritores y formar parte de ella. - Planificar y concretar el trabajo y promover el pensamiento grupal mediante un taller. e- Objetivos - Incentivar la lectura y en especial de la narrativa. - Incentivar a los alumnos y convertirlos en productores, correctores, e ilustradores de textos. - Realizar jornadas de lectura, planificación, edición de textos. f- Meta Divulgar la antología de cuentos policiales que los alumnos construyeron y produjeron. f- Meta Hacer que los textos del género policial producidos y compilados por los alumnos en la antología circule por librerías locales. h- Áreas involucradas - Espacios curriculares involucrados con las artes plásticas. - Inglés - Informática i- Localización física Los encuentros para armar la antología de cuentos policiales tendrán lugar en el edificio de la Escuela Secundaria Básica Nº X, sito en X (provincia de Buenos Aires). También cada uno de los alumnos trabajará con su parte del proyecto en su propia casa. Desarrollo El proyecto comenzará con el relevamiento de saberes previos de los alumnos, ya sean estos conocimientos sobre narrativa o sobre policial, ya sea que lo hayan adquirido de diarios o del cine y, luego, recorreran bibliotecas: unos en busca de antologías (del género que sea) con la intención de ver el formato y las particularidades de una, por otro lado: otro grupo, buscará cuentos policiales, ya sea que estos estén en antologías de autores, antologías de género, etc y un tercer grupo se dedicará a la búsqueda de material biográfico sobre autores del género, por ejemplo Raymond Chandler. Esto permitirá que unos aprendan a escribir biografías, otros a armar antologías, diseñarlas, estructurarlas. Los potenciales escritores se dedicaran a la lectura de los cuentos (sabrán así que un escritor necesita de la lectura y que todo ejercicio de escritura es la lectura de un antecedente) y a la posterior producción en su fuero íntimo (o sea su casa, el escritorio de su habitación, una plaza en la que producirán como lo hacen los escritores, en forma solitaria) A mitad del tiempo pautado se realizará la primer reunión de taller en la que se verá como van los proyectos encaminados. En total serán tres las reuniones de taller y mayormente se hará corrección de textos coordinada por el docente (cabe destacar que el docente será un par en este trabajo en conjunto y su roll será, más que nada, y sobre todo, el de coordinar, tal y como se mencionó con anterioridad) En el tercer encuentro se seleccionaran los cuentos que irán a la antología, teniendo en cuenta que de dos producciones puede sacarse una, o que se pueden hacer con las producciones que queden afuera un "trabajo experimental". De todas formas, y para que los alumnos aprendan que la escritura es un trabajo procesual que hasta los escritores consagrados realizan, no dejará de trabajarse sobre los textos hasta el momento de la publicación. Se recordará aquí la frase de Bioy Casares: PUBLICO PARA DEJAR DE CORREGIR. Incluso se hablará de la idea de "segundas ediciones" y de que en estas puede intervenirse para hacerse nuevas correcciones. Los talleres se darán en horas de clase, todos los alumnos estarán ocupados, ya que cada grupo se encargará de una parte del proyecto: estará el grupo de los editores, el de los productores, que no será grupo en un principio, el de los ilustradores, que trabajará en conjunto con los escritores, los diseñadores de tapa, y los encargados de la promoción-publicidad del producto. Se intentarà conseguir que algùn escritor profesional de policiales, o algùn periodista que tenga experiencia en el rubro policial se acerque al aula para dar una charla a los alumnos. Estrategias metodológicas Este proyecto fomentará el trabajo en grupos que refuercen los lazos interpersonales y propicien la responsabilidad y la acción conjunta hacia una meta compartida. El docente guiará a los alumnos en la búsqueda del material: antologías, biografías de autores, cuentos policiales. Coordinará el taller en que se realizará la producción. Sugerirá correcciones y "retoques" en los cuentos. Sugerirá y explicará el porqué del ingreso de alguna obra que considere indicada a la antología. Calendario de actividades El tiempo total de trabajo será de ocho a diez semanas. Recopilación de material por bibliotecas Organización de los talleres Lectura y selección de textos Trabajo con bocetos Lectura y explicación de la teoría del gènero policial Producción de textos Envío de textos a Informática Encuentros de taller Digitalización, compaginación e impresión de los textos Confección y diseño de tapa Presentaciòn del libro ante los familiares de los alumnos y alumnos de otros cursos de la misma instituciòn (puede ser fuera del horario de clases) 6. Recursos a- Humanos Alumnos de X año Docentes de la escuela X Un coordinador general (directora o docente de Prácticas del Lenguaje) Personal administrativo de la escuela Familias Bibliotecarios Un conferencista (escritor que pueda hablarnos sobre la producciòn de textos y en especial de gènero policial) b- Materiales Espacio físico Libros Revistas literarias y diarios Fotocopias Computadoras Impresoras Tinta Útiles escolares proyector para el dìa de la presentaciòn del libro Costos y presupuesto Dado que se trata de un proyecto elaborado desde y para una institución educativa, los gastos del personal no serán contemplados. Los materiales necesarios para la ediciòn del libro serán solicitados al Consejo Escolar del Municipio. Habrà que consultar en alguna editorial pequeña o en su defecto una fotocopiadora y pedir presupuesto por la impresiòn de diez libros: se estima 200 pesos a esto debe añadirsele los materiales para trabajar el diseño de tapa del original (esto dependerà de las exigencias del diseñador, pueden ser materiales como oleos y demàs si se pretende un diseño pictorico o fotografìa si se quiere utilizar una fotografìa: en este caso son gastos de impresiòn o revelado de fotografìa) Indicadores de evaluación Cantidad de textos leídos por los alumnos (se espera, al menos, que cada alumno de X año lea dos textos literarios) Cantidad de textos producidos por los alumnos Cantidad de asistentes a los talleres y participaciòn de estos alumnos en el mismo

domingo, 21 de octubre de 2012

supernovela

ENTREVISTA A COLUMBINE JOE: Nos pasamos días enteros mirando el techo desde todos los ángulos. Alfio no mira el techo; eso para él es de poeta maricón, él se cuelga de la barra, se esfuerza con las malditas mancuernas. J.D: ¿En que pensamos? En las letras. Son letras de amor, historias de amor, cosas que le pasan a nuestros fanáticos... ¿Que esperan?. Por más que hagamos simulacros de fusilamientos en vivo, y por más que provoquemos lluvias de fuego sobre la gente, lo que cantamos son simples canciones de amor; historias de héroes, o de chicos que trabajan en la basura corriendo atrás de un puto camión para conseguir plata y así poder ver nuestros recitales. Decir que alguien entra como un fantasma a una habitación es un lugar común, pero Stockman entró como un condenado fantasma (pediría disculpas por la blasfemia, pero como Stockman dice: "La blasfemia es un puto invento de la iglesia"). Stockman estaba pálido, demacrado, arrastraba el suero, como Tom Hanks en Filadelfia. Los rumores son ciertos, hermanos: ¡mierda! Stockman agoniza. Nos rompe el corazón pero es la realidad. Me puse de pie, para después ponerme de rodillas, pero él me pidió que volviera a sentarme. Estaba frente a Dios; le hubiera dado toda mi sangre sino fuera porque la mía es de humano ordinario, ademas de negativa. Stockman tiene otra cosa en las venas... Me pidió un cigarro. Joe, J.D y Alfio parecían tipos ordinarios al lado de Stockman. STOCKMAN: Voy a dar mi último recital... Lo escribo sin preludio porque fue así como él lo dijo, de no haber estado sentado me hubiese caído de culo, como ustedes ahora; ¡un recital después de diez años! Así de enfermo como está. Me apuntó con el dedo y dijo: primera fila para el chico. Stockman no anunciaba su despedida en una conferencia de prensa para un montón de multimedios poderosos; no, lo anunciaba para un aficionado de mierda con un grabador a cinta, un grabador prestado en una mano, un vaso de agua en la otra y el jodido estómago vacío. Stockman se acercó al mapamundi, lo hizo girar como una ruleta de azar, yo sabía lo que estaba haciendo, todos los sabíamos. Stockman: Tengo pasta para uno solo. Y va a ser en... (puso el dedo en el sur de Argentina); escribí este artículo como te salga (me dijo) y ponelo en tu revista hecha de papel doblado... la primicia es tuya. J.D y Joe se morían de ganas de cuestionarlo. De preguntarle en que pensaba, pero se quedaron mudos. Stockman se fue por donde había venido, lo esperaba un enfermero, un jodido enfermero irreverente. Hoy me llamó un representante para decirme el lugar exacto y el día. No será en un estadio ni tampoco en un teatro. Será en medio del campo, en el fin del mundo. Bajo un cielo colmado de estrellas, un cielo en el que volaran pájaros lobos. La fecha será el 20 de diciembre, el horario las diez de la noche. CAPITAL 36 grados, a las seis de la tarde, el 10 de diciembre. Muchacho tenía planeado llegar al sur con un día de anticipación y plantar bandera lo más cerca posible del escenario y defender el puesto a muerte. Los vagabundos del lugar conservaban los tachos que en invierno usaban para calentarse, ahora los llenaban de agua. Los vagabundos estaban recostados en reposeras y en colchones podridos. Uno de los vagabundos exhibía un pene desmesurado, como la trompa del Oso Hormiguero de Henry Mancini. Muchacho se preguntó por qué no hacía nada la policía. No tenía ningún afán de orden, ni deseos de que metieran preso al pobre tipo, era simple curiosidad. Muchacho buscaba una entrada al subte. Miró para un lado y para otro. No encontró un solo kiosco enrejado o con vidrios blindados. Solamente un puesto de Coca Cola abandonado. Capital, dijo. Como Van Damme había dicho America, al llegar a Nueva York, en Corazón de León. Esa era la mejor película que Muchacho había visto. Y el barrio de Once el lugar más miserable que había conocido. - Ey, amigo. Sabía que en Buenos Aires no había nada menos amistoso que un “Ey, amigo” Sí, no había sido bueno pararse a ver la guía T en esa calle. Muchacho tenía tiempo de mirar, y pensar a pesar del apuro… ¿qué hace ese tipo con pulóver un día como hoy? ¿Es la droga o la falta de comida? Mierda, que mundo de mierda. - ¿Qué traés ahí, amigo? No estás en condiciones de exigir nada… Los vagabundos de los colchones empezaron a pararse. Un vagabundo de unos cuarenta también se paró, seguro era el papá de las dos nenas que se habían quedado en el colchón. Muchacho se miró las uñas para evitar contacto visual. Sintió algo que pretendía ser un golpe, en el pómulo, se lo había dado un chico desde atrás. En un chasquido los tuvo a todos encima y con un movimiento se los sacó a todos de encima. Cuatro vagabundos frente a él. Uno con un cuchillo de cocina. Nunca humilles a un padre delante de sus hijos, la voz de Eiji. -Hoy quiero morir- dijo el del cuchillo. Las dos nenas miraban desde el colchón. La cuadra era larga, y estaba techada, columnas sostenían los toldos. Cuanta buena arquitectura y cuanta miseria. El brazo del chico del cuchillo resultó de plastilina. El cuchillo cayó con un clank metálico. Muchacho estuvo por juntar el cuchillo cuando el padre de las nenas lo tacleó. Las rodillas del hombre oprimían los antebrazos de Muchacho. Alguien le alcanzó el cuchillo de cocina al hombre. Transpiración en la cara del hombre, seguridad en los ojos de Muchacho. Sostiene las muñecas del hombre. Nada difícil… hasta que los ojos del hombre ¿cambian de color? Mierda NUEVAS FUERZAS. Logra Muchacho torcer la muñeca del hombre y cambiar la dirección del cuchillo. La hoja se hunde centímetro a centímetro, primero rompe la tela de una camisa vieja, después la piel, cruje algún hueso. El hombre se levanta con el cuchillo clavado. Hubiese tapado el sol, pero no había sol. Muy cerca de la cabeza de Muchacho pasó la rueda de un coche. Muchacho se levantó. Me gustaría dejarles unas monedas para que puedan curarlo, pero no estoy muy lejos de ser uno de ellos… - ¡No se lo saque! No se saque el cuchillo, vaya al hospital. Pero el hombre no hizo caso y al rato se derrumbó. Muchacho se alejó por la galería de columnas. Sentía la mirada de las niñas, la mochila pesada con los víveres para acampar, y una canción de Columbine en el viento… Eran los derrotados…los olvidados ahí tirados… la vida es un juego… esa es una frase acuñada por los que inventaron este juego… ¿Qué había pasado en los ojos del tipo? ¿Habían cambiado de verdad? AMOR A PRIMERA VISTA Raimundo se enamoró de la chica a primera vista y digámoslo para no crear misterios inútiles: la chica gustó de él pero afuera del minimercado espera el novio de la chica en un cupé Chevrolet azul metalizado que brilla por la luz del sol. la chica compró Pindapoy y un pack de latas de cerveza ponía las cosas en el mostrador cuando Rai entraba haciendo sonar el tling tlang de la puerta él se quedó con la boca abierta al ver a la chica. no pienses estupideces, Cody (se dijo) no es para voz… el de la cupé es su chico y vos sos un barrendero que usa la bicicleta de una amante… fue hasta la nevera liviano de equipaje, en pocas palabras: no lleva ni siquiera un buso colgado a la cintura. - vas a Columbine? Quería agua bien fría… y podría recargar una y otra vez la bot… - vas a Columbine?- de nuevo la voz de la chica. - S… Sí…sí, a Columbi… Columbine… - Ja, Columbine- se burló de la pronunciación. - mi inglés da un poco de asco… - con mi novio vamos para allá…y nos sobra lugar en el coche, eso sí, la parte de atrás no tiene ventanillas ¿sos claustrofóbico o algo de eso? - nada de eso pero viajo con muy poca plata. - nosotros también. Si hubiera que pagar entrada no hubiésemos podido ir. no podríamos pagar nuestro propio rescate aunque nos pidieran tres pesos pero conseguí un plástico (mostró una MasterCard) no creo que tenga mucho crédito pero para el jugo, las cervezas y el hielo… Raimundo pagó lo suyo y salieron… el novio de… -Pamela- se presentó ella. dormía en el coche. Raimundo se presentó: - Cody. - Cody? qué nombre es ese? - por un video juego que se llamaba Final Fight. ella abrió el maletero y destapó la heladera de telgopor y vació la bolsa de hielo adentro y metió las latas y el jugo quemaba el asfalto hombres de traje llenaban los tanques del coche en los surtidores chicos jugaban adentro de los coches mientras sus papás cargaban nafta mujeres se miraban las ojeras en el retrovisor un vagabundo se lavaba los sobacos con una canilla Pamela sacudió la cabeza de su novio - pasame la trincheta de la guantera- le dijo- y andá al baño que después estás que te cagás en la ruta… el chico mira a Cody por el retrovisor (Cody metía la cabeza adentro de la nevera portátil) - ¿quién es?- pregunta el chico a la chica. - va a Columbine. - no me dijiste nada… el chico se baja del coche se acomoda los pantalones y va hasta el baño - yo puedo seguir viaje solo- dice Cody- no es problema. - vos viajas conmigo, chico lindo del Final Fight. a Cody le resvalaba lo que pensaran de su personalidad ¿quién podía saber algo de la personalidad de otro? pero del cuerpo, eso sí estaba a la vista, que alguien le dijera LINDO, eso sí valía la pena. el chico volvía abrochándose los botones del pantalón. - Guillermo, Billy para mis amigos. Cody y Billy se dan la mano. Se miraron, ella los miró. Entraron al coche, antes de subirse Billy palmeó con amor el techo del cupé y besó la chapa sin importarle que ardiera la chapa. Al primer contacto de llave el motor rugió haciendo vibrar los vidrios del autoservicio… todos los que estaban en la estación de servicio giraron la cabeza. - miren esta belleza, que se va. Destapá un porrón, nena. Pamela lo intentó con los dientes pero usó el destapador. - gracias por este aventón- dijo Cody. - Cody, aventón… usas palabras muy norteamericanas ¿demasiado cine? - aventón no es una palabra norteamericana.- dice Billy. - cine no, algunos videojuegos… Este tipo tiene el mejor coche y la mejor mujer que haya visto pero la verdad es que me veo mejor que él… - Cody, ¿querés un trago? - es así, a veces no escucha cuando le hablan, ya le pasó en el mercado cuando le pregunté si querían venir con nosotros. Pero es un buen tipo, me convida de su cerveza, me lleva en su cupé, así vamos a llegar a tiempo para ubicarnos cerca del escenario… voy a contenerme y en cuanto pueda me voy a separar de ellos. - Gracias- dijo Cody y dio un trago. Era una cerveza mediocre pero bien fría. - a mi, tan fría me hace doler la muela tengo un puto agujero que me hace sudar. – dijo Billy. - La vida no es color de rosa, mi amor- dijo Pamela. Pasaron un semáforo en rojo. EL GRANJERO Para no parecer un chico Armando se dejó el bigote. Durante el viaje en la camioneta de su tío se miró en la ventanilla y se tocó mucho el bigote mientras el tío le hablaba de la Brava. - vos sabés que a esta camioneta la tiraban desde un helicóptero. - es muy fiel- dijo Armando. Había escuchado la historia más de cien veces. Pensaba en su bigote, en cómo sería Buenos Aires y en el recital. Proyecto: acampar en el sur un día antes del recital. - cuando tengas tiempo buscá la propaganda en Internet… es del año 70… no hay trucos. La levantan con unas pinzas a cincuenta metros y después la sueltan. Cae en la tierra, levanta polvo y arranca. El transito empezaba a ponerse pesado en la ruta 7. de a poco se armaba un embotellamiento. El tío siguió: - es de una generación fuerte, ahora los coches son de plástico. - puro plástico. - si piso el acelerador reacciona y le doy al cochecito ese. lo dejo un acordeón. - ya lo creo. El coche de adelante era un Chevrolet Corsa. El chico del Corse sacó medio cuerpo por la ventanilla y gritó algo al del coche próximo. Media hora después el transito seguía atascado. Un conductor maniobró, para salir del caos por la banquina: marcha atrás, unos centímetros adelante, de nuevo marcha atrás. El tío de Armando lo veía por el retrovisor. - una vez un hijo de puta atropelló a una familia entera tratando de salirse por la banquina. El tío maniobró e impuso la trompa de su camioneta, una rueda y una parte de la trompa bastaron para que el Ford K que venía por la banquina acabara en una zanja. La tarde empezaba a caer y la caravana empezaba a avanzar como en una película apocalíptica. El micro sale de Constitución a las doce, esto no va a avanzar… no puedo demorarme más… además empiezo a tener ganas de ir a cagar… - me bajo acá- Dijo Armando. - acá? pero no sería mejor que te lleve hasta la estación? De ahí te tomás un tren a Capita y de Capital es fácil llegar a… - no, está bien, tío. Bastante hiciste por mi. - y la plata? Armando se levantó el pantalón y mostró la media abultada. - no tenés calor con eso, hijo? - no, es todo mental, tío. - cierto- dijo el tío. Es que el chico estaba repitiendo una lección de él. Habían viajado juntos 120 kilómetros y trabajaban juntos en la faena y venta de cerdos, el tío quería mucho al chico y no le tenía ningún tipo de envidia. - si tuviera tu físico y tu juventud de nuevo- dijo el hombre. Armando había escuchado eso más veces que lo de la publicidad de la camioneta. - yo te presto mi cuerpo y vos me prestás tu experiencia. Además, mis brazos son puro volumen, lo tuyo es marcación, tío. Al trabar los bíceps el hombre casi rompe la camisa. Tenía el músculo dividido en dos partes, como el gemelo de un futbolista. En otras ocasiones el chico había respondido de otro modo: “si te presto mi cuerpo me lo devolvés deshecho y adicto al alcohol” Armando se bajó de la camioneta y junto su pesada mochila de la caja de la camioneta, la caja en la que solían cargarse cerdos. - qué le digo a tu mamá. me va a matar si se entera que te dejé en la ruta. El transito avanzó un tramo, los de atrás de la camioneta se clavaron a las bocinas. - decile que me viste subir al tren. BOCINAZOS BOCINAZOS Y MÁS BOCINAZOS. La camioneta avanzando a paso de hombre, a la par del chico que caminaba por la banquina con una mochila de viaje. - vas a “ BUENOS AIRES una de las grandes capitales del mundo”- dijo el tío- frase jamás pronunciada por habitante de alguna gran ciudad del mundo. Armando no entendió lo que quería decir su tío. Se ajustó la mochila, se irguió, tenía hombros y pectorales voluminosos. El tío se bajó de la camioneta y desafió a los que tocaban bocina. Armando sonrió pero no se dio vuelta para ver. Mirar atrás podía ponerlo triste. Unos días lejos de casa, suficiente para extrañar la granja, el perro, la madre y al tío. Tío, a lo mejor vuelva con una chica, no te sorprendas si eso pasa. Armando avanzó hacía el crepúsculo, los pectorales trabados, su única prenda, aparte de las zapatillas y las medias, era un enterito de jean cuyas tiras le cubrían las tetillas. EL ABASTO Muchacho quería comer una hamburguesa y tenía plata para una buena. Pepinos, por el sabor agrio y ácido y ketchup dulzón para cortar. En la calle no vendían de esas, así que tenía que buscar en el patio de comidas de el shopping. La manzana del Abasto estaba plagada; Muchacho que era propenso a pensar y a sentir pensó que el mundo estaba lleno de plagas y sintió que la humanidad era una de esas. Con el estómago vacío se piensa mejor. BIIIIIIIIIIIIIIIIIIP BIIIIP IMBÉCIL Dio un saltó atrás... intentaba cruzar una calle lateral mucho menos transitada que la avenida sobre la que estaba la entrada principal. La calle era estrecha y empedrada, por eso el coche no iba rápido. Muchacho respiró y se concentró en lo que tenía que hacer. Subió las enormes escaleras; unos chicos hacían pruebas en patinetas. Starbucks plagada de gente y esa era una de las tantas Starbucks en el mundo. Y todas estaban plagadas de gente. Las escaleras mecánicas:plagadas. Miles y millones en todos los shoppings de todo el mundo y todas plagadas. - Esta es una ciudad en la que nadie conoce a nadie- decía a una chica a un hombre que podría ser el padre pero era el novio. Terminado el recorrido de la escalera mecánica. Muchacho recorrió un pasillo, las voces le llegaban lejanas. - Mirá, tiene una mancha de lavandina y la paga en dolares..., le ven la cara- comentaba una mujer a otra. - Sí, hasta tiene un agujero- le dijo la otra que miraba la camisa a trasluz. Las mujeres miraron a Muchacho. Él notó que se había detenido a mirarlas. Siguió, pensó en el padre pobre y en las hijas y en el ciruja del colchón que mostraba el miembro descomunal. NADA PERSONAL. La chica que tomó el pedido no era capaz de levantar la vista y mirarlo a los ojos. Es entendible: la plaga es enloquecedora. Comió la hamburguesa sentado en un taburete, una larga barra ocupada por una de las especies de la plaga: los oficinistas. Dos duendes rondaban las mesas del patio en busca de restos de comida. Muchacho se puso los anteojos y las reconoció: eran las nenas del colchón. Mientras una revisaba los envoltorios que quedaban en las mesas, la otra tironeaba de los sacos de los oficinistas. La que tironeaba de los sacos se asustó al ver a Muchacho y corrió. Corrió hasta su hermana, la tomó de la muñeca y corrieron. Muchacho siguió a las chicas. Faltaban varias horas para que el micro saliera. Las nenas zigzagueaban entre la gente, bajaron corriendo por la escalera mecánica que ascendía. Muchacho iba más lento, pero las chicas tenían piernas cortas y él en dos pasos podría alcanzarlas. Ellas salieron por la puerta principal y sin ninguna precaución cruzaron la avenida. Como decía la abuela: estos chicos tienen un dios aparte; indulgente y tirano. No perdió los pasos: las chiquitas ya no corrían por la calle lateral. Una calle tranquila en que una mujer gorda paseaba un caniche. Una de las nenas se acercó al caniche y la mujer gorda lo alzó. La nena volvió a reunirse con la hermana, se pasaban de vereda a vereda revolviendo bolsas de basura. Hasta que un hombre (desde la perspectiva de Muchacho) de edad incierta, salió de un zaguan. Se acuclilló en la vereda y le ofreció un paquete a la más chica de las niñas. ¿Un sandwich envuelto? Muchacho se parapetó atrás de un contenedor de escombros. El hombre tomó de la mano a la nena más grande y entró al lugar del que había salido. Muchacho se acercó y le tapó la boca a la nena más chica. Un día contraes la fiebre del taxista que estuvo en Vietnam en Vietcong y te convertís en JUSTICIA Se asomó al zaguan: nada, nadie. Cruzó el pasillo fresco y lleno de basura. El olor dulzón de la basura le dio nausea, tuvo miedo de vomitar la hamburguesa y perder la "misión" Al final del pasillo una puerta de conventillo. Tanteó el picaporte. Cerrado. Soltó a la niña. Corré. Pero la niña se quedó ahí, comiendo el sandwich. Él tomó carrera y con una patada abrió la puerta. ¡DERECHA! Un gordo de camiseta le apuntaba con un 38. A Muchacho no le costó nada desarmar al gordo. Era un hábito que había adquirido practicando con su padre adoptivo, Eiji... en el jardín de una casa silenciosa y tranquila en un barrio silencioso y tranquilo del Gran Buenos Aires. - Diga AAAA- dijo Muchacho. El gordo obedeció y Muchacho le metió el caño en la boca.- Ahora OOOO. Eso. ¿En que pieza está la nena? Subieron una escalera (por la que habían subido plagas de inmigrantes durante décadas, inmigrantes que habían vivido hacinados en días de calor como el que ahora sufría el gordo de camiseta) El gordo caminaba adelante, sintiendo el caño frío en la espalda. Era lo único frío en toda la pensión. Mucacho subía rozando la pared. No sabía usar un arma, hubiese preferido llevarlo a empujones. Un hombre de bata y bigote bajaba las escaleras, simulaba tener la atención estar sumido en un cheque. - No me vas a pegar un tiro, pendejo. Yo no tengo nada que ver. Yo duermo la siesta atrás del mostrador... - Y sueña con las chicas de las revistas... - Mierda, que despierto sos. Yo arreglo los ventiladores y las estufas sin ver nada. Una vez vi algo raro y lo arreglé. Es acá... No vas a ser tan pelotudo de pegarle un tiro al picaporte, la bala rebota. Muchacho lo cayó con un codazo. - La puta que te parió pendejo de mierda... La camiseta empapada de sangre. - No, no la vas a tirar de una patada ¿te crees Suat? Eiji le había enseñado a partir maderas. Una lección muy sencilla: había buscado la beta y sin mediar palabra la había quebrado. La voz de la nena llegó desde el interior: Es muy grande esa cosa, señor. Mierda, dónde está la beta... el gordo apuró a Muchacho. La niña se quejaba. Mierda... falló en el primer intento. El gordo colaboró y entre los dos la derribaron. Pero como en una película trillada encontraron los postigos abiertos, las cortinas flameando y unas gotas de sangre en el piso sucio. - Vos sabés pegar fenómeno, pero al arma la agarrás para el carajo. ¿porqué no me la dejás a mi? Debe andar por los techos... El gordo caminó hasta la ventana, pisó un sobre marrón, lo levantó. Había fotos que el gordo hubiese deseado no ver nunca en su vida. El mundo se había vuelto demasiado insoportable y el gordo había encubierto a esos tipos sin saberlo... Muchacho le devolvió el arma. - No dejes que se escape, pendejo. - dijo el gordo. Hizo OOOOO, se metió la pistola en la boca y disparó. La pistola cayó al piso con un clank sonoro. El gordo permaneció de pie: camiseta blanca, bermudas, pañuelo en el cuello, pantuflas negras. Muchacho ya había salido por la ventana. La ciudad de los techos era otra ciudad. Un Laberinto. Muchacho estaba parado sobre esa ciudad, con una pistola caliente en la mano. En la habitación se desplomó el cuerpo del gordo. JUSTO CUANDO EL VIAJE EMPEZABA Se recostó en el asiento trasero. La espalda dolía. Bajarse la visera, para cubrirse del sol. La cupé a punto, lista para salir a la ruta. MALDICIÓN. Los comercios se volvían poco frecuentes. ahora aparecían gomerías, ventas de hielo y frutas. MALDITA SEA cosas útileas al viajero que sale a la ruta. Quedaba un último semáforo... el de la esquina de la escuela en la que Pamela había hecho el secundario. Cerrada la escuela. Vasitos de plástico y hojas de carpeta hechas pedazo MALDITA SEáNTICA JAJA en la cuneta. Pamela se acordaba de los cigarros en el baño, la etapa punk, la época del disco MALÉFICO de Columbia había hecho para ella. Esa canción que hablaba del TRAGAPERRAS y de la pareja que no salía de cinco cuadras: un cine... una escuela... un parque... y unas malditas zapatillas gastadas por el asfatlo de esas cinco cuadras. BOM BOM, dos golpes en el techo del auto, Pamela distraida no llega a prevenír a su chico (ese primer amor con el que había recorrido las cinco cuadras durante toda la secundaria) ¡ES UNA TRAMPA! Un tipo flaco vestido como Robin Hood esperaba. El tipo parecía enganchado a algún tóxico mortal. El Nubain. Era uno de esos peligrosos pero indefensos adictos. - No bajes- dijo Pam, tarde. Cody se había dormido en el asiento trasero. Hood había palmeado el techo de la Chevy y la Chevy solo consentía las caricias de Guillermo. El amante de la Chevy y de Pam bajó. Con un solo movimiento pateó al Hood en el hígado. Higado higado declaró Guille. Se fijó que el techo no tuviese abolladuras. Entonces tres Hoods más salieron de un Fairland estacionado. ¿Uno había salido de la carrocería? ¿otro del baúl? Cuando Cody despertó la pelea ya había llegado a su fin. El Hood azul había ensartado una palita de jardinería en el occipucio de Guillermo, y Guille trataba de atinarle al mango de la cosa para quitarsela. Del Fairland se bajó un rubio de rastas y anteojos negros. Un jamaiquino blondo con físico de corredor y sonrisa radiante. Los Hoods trabajaban al herido. El Jamaiquino abrió la puerta de Pam con un tirón. Ella se acurrucó en el asiento, el grandote la agarró de los talones. La chica aulló cuando la palanca de cambios se le encajó entre las piernas. JAJAJA Me alegraste el día, dijo el Jamaiquino. La arrastró por el asfalto caliente. Estoy atrapado si peleó voy a perder aguarda en las sombras me dice la voz de un sensei hasta que llegue el momento de luchar uno a uno a tus rivales vas a destrozar... Cody tocó el rosario que pendía del espejo retrovisor. Dos Hoods subieron al Fairland, uno se metió en la carrocería, el Jamaiquino metió la chica en el baúl... arrancaron y sin contemplación pisaron al Hood que había sido golpeado en el hígado. El coche dobló a la derecha, dejando olor a goma quemada y ecos de aullidos. Cody se deslizó fuera del coche, como un chico tímido con bonete y silbato en cumpleaño desconocido. En el asfalto Guillermo agonizaba. Hizo un gesto a Cody. Guille escupió un chorro de sangre y Cody se sintió cobarde. Con un esfuerzo que lo hizo gruñir, Guille se acercó hasta la tierra y con el índice dibujó un plano. Somos duros de quebrar pero que horribles nos vemos cuando nos quiebran La verde luz del semáforo titilaba. El transito de la zona estaba muerto, muerto como algún paraje perdido de Arizona, muerto como... Cody acercó la oreja a la boca de Guille. Algunas letras escupidas. res...cata...la es, tu... y llevala a Colum... Tenía la mano abierta y Cody tardó en darse que quería un apretón. Buen camarada. Tarde. Cody estrechó una mano muerta. Puso la cabeza inerte contra el asfalto. No hay tiempo para pompas trompetas o flechas de fuego El motor del Chevy nunca había dejado de estar en marcha, esperando. Cody había perdido la costumbre de manejar y se sintió avergonzado, irrespetuoso cuando hizo crujir la caja de cambios. Una falta de respeto para Guillermo y uno de sus dos amores. La cupé que se veía más hermosa en el crepúsculo. Se sintió nervioso, manejar esa Cupé era como hacerle el amor a la chica más hermosa del pueblo. Es cuestión de relajarte y de ser vos mismo, le había dicho la psicopedagoga de su escuela, no en el gabinete sino en un sillón de hotel de ruta, ella 36, el 17... la mujer no había perdido el cargo porque Cody no había dicho nada. Acostumbrado al sexo con mujeres hermosas no necesitaba hacer alarde. El motor rugió y una chica con su novio, en una cama cualquiera, tuvo un orgasmo espontáneo. La Chevy avanzo hacie el poniente. En la mente de Cody las indicaciones de Guillermo. Estaba metido en la acción y no se hacía preguntas.